El transporte internacional es un sector de gran importancia en la actualidad debido a los numerosos avances que ha experimentado desde sus inicios. Desde el transporte terrestre, con un mayor perfeccionamiento de los vehículos gracias al uso de un camión cada vez más completo, hasta la invención de los llamados contenedores del transporte marítimo, toda una revolución para el sector.
Estos contenedores comenzaron a ponerse en marcha durante la Segunda Guerra Mundial para el transporte seguro de materiales bélicos. El inventor fue el transportista Malcom McLean que, cansado de realizar grandes trayectos, ideó un revolucionario invento, unas cajas metálicas pensadas para el transporte de mercancías.
El primer contenedor contaba con 35 pies de longitud, 8 de alto y 8 de largo. El gran éxito que tuvo permitió la creación de la naviera Sea Land, que en 1965 transportó 60 contenedores por primera vez en la historia desde el puerto de Newark al de Houston. Su gran acogida hace que se empiecen a utilizar estos contenedores en el transporte marítimo de forma regular.
La organización ISO será posteriormente la encargada de la normalización de los equipos y los contenedores, estableciendo requisitos como su identificación y regulación o adaptación a las dimensiones y forma establecidas.
Actualmente estos contenedores han supuesto una verdadera revolución: las reducidas dimensiones de antaño han dejado paso a que un buque puede llevar unos 200 mil contenedores al año y cada uno de estos puede soportar las 300 toneladas. Su gran difusión radica en que pueden llevar la carga de forma segura, ya que son herméticos, impermeables y muy resistentes.
Los contenedores marítimos son aprovechados también después de su vida útil para otras muchas cosas, desde casas y hospitales portátiles en caso de emergencias hasta arquitectura moderna como edificios, centros comerciales o discotecas. En definitiva, se trata de un elemento fundamental en la actualidad que sigue ampliando su utilidad con los años.